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Estadísticas

Con miras a recopilar información amplia y poder contar con un diagnóstico acerca de los practicantes de yoga en América Latina, en 2018 Adrián Muñoz preparó una encuesta. Ésta se ha difundido desde 2019 y siempre se encuentra disponible para ser contestada. Durante 2020, la difusión de la encuesta se vio afectada y, en consecuencia, se registró poco incremento en el número de encuestados. Hasta octubre de 2021, 83 personas procedentes de diez países han respondido esta encuesta.

El objetivo general es sondear el estado actual de la práctica del yoga en América Latina, medir el pulso de las corrientes más recurridas en la región y tener un panorama de las demografías más relevantes. Preliminarmente, podemos señalar algunas características y patrones importantes que se desprenden de la encuesta, aunque éste es un trabajo constante.

Así, por ejemplo, es de notar que la población femenina ha sido considerablemente mayor en todos los cortes que se han hecho de la encuesta: 53 mujeres (63.86%) por 30 hombres (36.14%) en el corte más reciente.

Asimismo, el hathayoga y el sistema de Vinyasa han salido como dos de los estilos más practicados: de un total de 192 respuestas, 54 identificaron el estilo hatha como la modalidad de yoga más recurrida. Le siguieron Vinyasa con 31, Iyengar con 28 y Ashtanga con 25. Además, 26 respuestas eligieron la opción “Otra”; este grupo indicó estilos o prácticas tan variadas como: ISKCON, Yoga restaurativo o yoghismo. Cabe señalar que, en esta pregunta, las personas podían elegir más de un estilo.

La configuración de la identificación religiosa es interesante. En el corte más reciente, 43 encuestados dijeron no profesar ninguna religión, mientras que 40 dijeron sí hacerlo. Entre estos últimos, la mayoría religiosa preponderante fue el cristianismo católico, con la mitad de respuestas. Ahora bien, se recogieron 57 respuestas para identificar creencias religiosas, lo que indica que varias personas aceptan la coexistencia de prácticas religiosas. Entre quienes respondieron (9) la opción “Otra”, dos indicaron el “yoga” como una creencia o práctica religiosa. Resulta interesante ponderar acerca de los modos como los individuos negocian sus prácticas personales, sus herencias culturales y los entornos espirituales en un mundo globalizado. Aunque habría que investigar con mayor profundidad, es posible que en los ambientes urbanos haya mayor incidencia de una coexistencia de diferentes visiones religiosas.

En términos de régimen alimenticio, se percibe una tendencia por dietas sin consumo de carne, pero sin superar mucho a su contraparte. Sumando a quienes se identificaron como vegetarianos o veganos tenemos un 48.19%, frente a un 43.37% que se reconocen como omnívoros o carnívoros. El porcentaje restante (“Otro”) incluyó personas que recurrían o a dieta “ayurvédica” o consumían pescado, por ejemplo.

Ahora bien, estimamos que varios de estos datos —en particular la incidencia de las estilos o modalidades de yoga— puede cambiar radicalmente en función de la procedencia de los participantes de la encuesta y los mecanismos de levantamiento de datos. En todo caso, se advierte una preferencia por los estilos posturales, es decir, aquellos que confieren especial importancia a técnicas de posturas físicas, o āsana.

A continuación, ponemos a disposición de los interesados los siguientes tres cortes parciales de la encuesta:

Cabe destacar que —aunque resultan ilustrativos los datos y que muy posiblemente reflejen una realidad generalizada de la práctica—, la encuesta-diagnóstico únicamente se ha aplicado en línea, lo que inevitablemente supone un sesgo en la información recopilada. De ningún modo pretende sustituir herramientas con metodologías estadísticas más profesionales y con mayor alcance en diferentes grupos sociales.

Si deseas participar con la encuesta-diagnóstico, nos será de mucha utilidad tu colaboración y agradeceremos tu tiempo. Si ya la has respondido, no es necesario que vuelvas a hacerlo y te damos las gracias.


Un diagnóstico complementario de nuestros análisis fue el cuestionario que Ricardo Pérez realizó en su investigación centrada en la colonia Roma Norte de la Ciudad de México entre 2020 y 2021. En este cuestionario, se confirmó la tendencia que mostró la encuesta-diagnóstico en términos de distribución por sexo: de un total de 42 encuestados, 24 se identificaron con el sexo masculino y 18 con el sexo femenino. Por otra parte, el hathayoga fue marcadamente el estilo más recurrido en este sondeo: 16 en total, seguido por Vinyasa y Kundalini con 8 practicantes cada uno; el resto de los estilos indizados contó entre 1 y 3 encuestados. Aquí se registraron respuestas para algunas modalidades que no se vieron reflejadas en la encuesta-diagnóstico, como el yoga de la risa o yoa-aerobics. Por último, hay que subrayar que, a diferencia de la encuesta-diagnóstico, este muestreo se realizó de manera directa y presencial, aunque con varios obstáculos debido a la emergencia sanitaria producida por el SARS-CoV-2.

Tenemos como tareas pendientes, por un lado, contar con muestreos más amplios tanto de la encuesta como de los cuestionarios y, por el otro, realizar una lectura e interpretación más profunda de las estadísticas que han arrojado ambas herramientas.

Proyecto YoLA® y este sitio web están vinculados con el proyecto “Globalización, recepción y adaptaciones del yoga en México”, que ha contado con financiamiento parcial del programa de Ciencia básica otorgado por el Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnología (2019-2022) y del Fondo de Apoyo Colmex de Investigación, otorgado por El Colegio de México (2021-2022).